Mascotas.
Todos tuvimos, todos tenemos, todos tendremos.
Recién ahora, de grande, me di cuenta que no me banco a los animales... Bahhh... No es que no los banco, pero viviría mejor si no los tuviera...
Quizás, la respuesta del por qué, esté en los siguientes relatos:
EL TERO (Vanellus Chilensis)
En una de las tantas anécdotas de mi dolce far niente de niño, en tierras chivilcoyanas (chivilcochinas), acompañaba a José, sentado al lado suyo, en el guardabarros de las ruedas enormes del tractor, cuando en el medio del campo, frenó, y se bajó corriendo atrás de un pájaro medio raro... Después de batallar un rato, volvió a subir con el trofeo de caza: un tero. Me lo dio para que lo lleve, cuidando de no apretarlo porque lo podía matar, pero tampoco llevarlo muy suelto para que no se escape. Me lo regaló, y el tero abandonó la Pampa húmeda, para convertirse en uno mas de los tantos cancheritos porteños, fijando su domicilio en el pasaje Tierra del Fuego, barrio de Pompeya, la casa de mis abuelos. La cuestión es que al dichoso tero, que gritaba mas que Violencia Rivas, le cortaron la punta de las alas para que no se volara, y le habían hecho una suerte de pista de Cuarto de milla a lo largo del patio, con un largo guardarrail hecho con macetas, y ahí, iba y venía, a los santos pedos y gritando a lo bestia...
Viéndolo con una visión un tanto mas ecológica, fuimos unos reverendos hijos de puta en tener un bicho silvestre corriendo por el patio de una casa...!!!
Bueno, volvamos...
El tema es que yo lo quería mucho, pero un día me anotician que "el tero se voló..."
Por supuesto, escándalo y berrinche de mi parte, y la explicación que "la abuela se olvidó de cortarle las alas, y se fue..."
Desde ese exacto día, mi abuela pasó a ser una persona odiada por mí...
Posta...
Le agarré un odio formidable, que no se me fue ni cuando se murió...
Años después, (De hoy, hará 4 o 5 mas o menos...) Me vengo a enterar que aquel "el tero se voló...", fue un eufemismo usado para enmascarar lo real, que era "el tero se murió..."
Hete aquí, que para evitarme el disgusto de enfrentarme, de chico, a la huesuda visitando algo querido por mí, prefirieron la mentira piadosa, y esto desembocó en una alteración de la relación abuela/nieto con la vieja Matilda, que no logró destrabarse jamás...
Desde estas líneas, a la eternidad, Doña Matilde, mis tardías disculpas...!!!
TORTUGA TERRESTRE PATAGONICA (Chilonidis Donosobarrosi)
Ya superado el "Tero affaire", y bastante mas crecidito, con el pelo reglamentario en cada rincón donde se supone todo un hombrecito debe tener, otro incidente animal, de similares características... Un simpático quelonio, de nombre "Manuelita" (Hay que ser boludo con ganas de pertenecer al 100% de propietarios de tortugas que no se les ocurre otro nombre que ese...!!!)
Un día, madre me informa que (sic) "Unos tipos que estaban arreglendo el toldo del local de planta baja, se ve que les gustó la tortuga, porque se la robaron del balcón"
Una pelotudez que nadie, en su sano juicio, podría creer... Claro, excepto yo... Que me vine a enterar, de su deceso, exactamente el mismo día que me dijeron lo del tero, y solo por atar cabos...!!!
Pero eso no es todo...!!!
La mencionada Manuelita, que yo había comprado de chiquita en la veterinaria "Paúl", en la otra cuadra de casa, creció rapidamente, y de un día para el otro, era una señora tortuga... "la lechuga y la manzana las hacen crecer muy rápido", me dijeron... Claro... Tanto que no parecía la misma... Como que, definitivamente, no lo era...!!!
La "Manuelita oriyinal", fue alegremente mordisqueada por Cush, nuestra perra caniche, y de tan ofendida, o molesta, por haber sido confundida con una especie de sandwich raro, decidió que era un buen momento para morirse... (Hay algunos que no se bancan ni una jodita, no...?)
Operativo familiar rastrillo por todas las veterinarias de Lanús, Escalada, Banfield, vía Temperley hasta Glew parando en todas, para tratar de encontrar otra que se le pareciera un poco, y así volver a engañar al naboletti que les cuenta esto...
A esta altura, temo seguir preguntando por mas mascotas de mi infancia, porque ya estoy empezando a creer que mis padres fueron Robledo Puch y el Petiso Orejudo...!!!
Hay mas, por supuesto...
Las tribulaciones, lamentos y ocaso de una simpática culebra, bautizada "Pocha", (de caluroso final...), la fallida estadía de una bonita salamanquesa del tamaño de una falange, (última mascotita de corto paso, pero recuerdo imborrable...), los ambos 2 cardenales: Bergoglio (A.K.A.) "Bergo" y su pareja (A.K.A.) "Verga" (Esta última, realmente se voló...), los elegidos del chef, Tito y Lokis, los siameses, y los muchos perros que me metieron de prepo, (a pesar de no querer mas animales en casa), algunos de ellos con trucos y ardides francamente poco serios...
Todo esto, lo dejo para otro relato...
Nos estamos leyendo...